
Inicialmente fui una escéptica del alcance de los celulares para tomar fotos, no pensaba que llegarían a ser competencia para una cámara fotográfica. Mi aprendizaje en Catando la Luz, me permitió una vez más superar este gran error. Con la charla de Natalia aprendí a ver mejor lo que me rodea, apreciando textura, ángulo, luz y color, además comencé a jugar al editar la foto con Snapseed, una aplicación muy amigable para ayudar a refinar la foto inicial, aumentando su belleza. Y todo este descubrimiento hecho en el entorno de Galipán, con un Picacho tímido, que tardó en mostrarse detrás de la neblina, rodeada por amigas muy queridas, deleitando vinos en armonía con unos platos deliciosos, todo un enfoque mágico que se grabó como una buena fotografía en mi corazón.